Consciencia de los sentidos
El ejercicio consiste en ser conscientes de las sensaciones que percibimos a través de los sentidos y que normalmente están apagadas porque nuestra mente está en todo, menos en la realidad, en lo trascendente.
Mientras pienso cómo describir el perfume de las mandarinas, el de las naranjas, las guayabas o el de los chocolates, se me hace agua la boca, mi mente se pone en blanco y veo las frutas, acomodadas en el frutero que hay sobre el horno eléctrico, de colores brillantes y sabores agridulce me llevan a mirarlas más de cerca, tan cerca que de aproximarme más pierdo el foco de la imagen.
La textura de los guayabas es suave, tan suave como la piel recién lubricada con crema Nivea. La cáscara de las mandarinas es color naranja, atractivo, de tono cálido, refrescante, llamativo y tal vez amargo, sino está aún madura.
Los chocolates en su frasco transparente de vidrio me retan a sacar alguno. Tomo uno y losostengo entre los dedos índice y pulgar de mi mano izquierda.
Lo llevo a mis labios, respiro profundamente para percibir su aroma fresco, de chocolate amargo, cierro los ojos al mismo tiempo en que abro la boca y así empiezo a disfrutarlo, desde antes de probarlo.
El chocolate se deshace con la saliva, y aún cuando ya lo he tragado y sólo queda algo de su manteca pegado en el paladar, los dientes y bajo la lengua, sigo con los ojos cerrados, saboreando el delicioso sabor de mi chocolate.
Si tuviéramos la consciencia de hacer esto en todas las cosas que a diario percibimos, conocemos, tocamos, vemos o respirammos, tal vez veríamos más allá de lo que se puede ver, más allá de lo que ven nuestro ojos, lo invisible, lo desconocido para quienes ven sólo con los ojos.
JAVIER GARDUÑO
PART-MAESTRÍA
El ejercicio consiste en ser conscientes de las sensaciones que percibimos a través de los sentidos y que normalmente están apagadas porque nuestra mente está en todo, menos en la realidad, en lo trascendente.
Mientras pienso cómo describir el perfume de las mandarinas, el de las naranjas, las guayabas o el de los chocolates, se me hace agua la boca, mi mente se pone en blanco y veo las frutas, acomodadas en el frutero que hay sobre el horno eléctrico, de colores brillantes y sabores agridulce me llevan a mirarlas más de cerca, tan cerca que de aproximarme más pierdo el foco de la imagen.
La textura de los guayabas es suave, tan suave como la piel recién lubricada con crema Nivea. La cáscara de las mandarinas es color naranja, atractivo, de tono cálido, refrescante, llamativo y tal vez amargo, sino está aún madura.
Los chocolates en su frasco transparente de vidrio me retan a sacar alguno. Tomo uno y losostengo entre los dedos índice y pulgar de mi mano izquierda.
Lo llevo a mis labios, respiro profundamente para percibir su aroma fresco, de chocolate amargo, cierro los ojos al mismo tiempo en que abro la boca y así empiezo a disfrutarlo, desde antes de probarlo.
El chocolate se deshace con la saliva, y aún cuando ya lo he tragado y sólo queda algo de su manteca pegado en el paladar, los dientes y bajo la lengua, sigo con los ojos cerrados, saboreando el delicioso sabor de mi chocolate.
Si tuviéramos la consciencia de hacer esto en todas las cosas que a diario percibimos, conocemos, tocamos, vemos o respirammos, tal vez veríamos más allá de lo que se puede ver, más allá de lo que ven nuestro ojos, lo invisible, lo desconocido para quienes ven sólo con los ojos.
JAVIER GARDUÑO
PART-MAESTRÍA
1 comentario:
Hola tengo uan duda, esa tarea de cuándo es?? porque no la tengo o al menos no la recuerdo, espero me puedas ayudar
neurótica funcional
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